Ricardo García Rodríguez está en su primer año de la preparatoria y es miembro de la Danza Guadalupana WL. Este grupo de baile matlachines tiene 34 años en nuestra comunidad, fundado por José López.
La mayoría de los integrantes son de Ignacio Allende, Durango, México. Ricardo se sentó conmigo y compartió anécdotas personales de estar en este grupo de baile.
Creció viendo a familiares y amigos bailar con devoción cada año durante la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. García Rodríguez sintió el llamado a unirse y cuando lo hizo, se dio cuenta de cuán significativas son sus tradiciones culturales. Estas celebraciones unen a la gente. Bailar al ritmo del tambor y con sus muñeca tocar la sonaja en el frío y ver a una comunidad masiva reunida en la fe fue una profunda conexión espiritual.
Ricardo está inmensamente agradecido con su familia por inculcarle estas tradiciones. Esta experiencia lo llevó a sentir gratitud por la vida que nos ha sido regalada y a comprender que la peregrinación reconforta el alma, dando fuerza a la comunidad para caminar en las luchas de la vida, sabiendo que el Creador está siempre con ellos.
Este joven dice que sus recuerdos favoritos fueron ir a diferentes pueblos, ciudades y estados a bailar. La gente ofrecía reliquias en sus casas como forma de agradecimiento a un santo patrón e invitaban a bailar a la danza.
Las reliquias se originaron en Zacatecas, México y se celebran en estados del norte como Durango, Coahuila, Zacatecas, Chihuahua y más. Es un honor ser invitado a una reliquia. Básicamente, una reliquia es una promesa o “manda” como se la conoce.
Una persona o una familia hace esta promesa a un santo. Luego, la familia organiza una celebración anual en su casa. Hay oraciones, bailes y comida preparada para la ocasión.
Es un evento filantrópico porque extienden su celebración distribuyendo alimentos entre los asistentes y miembros de la comunidad.
El plato típico que se sirve son las 7 sopas (diferentes estilos de pastas) y el asado de puerco, un guiso que lleva carne de cerdo cocida en una salsa hecha de diferentes chiles rojos.
Ricardo reconoce el compromiso que tiene la Danza Guadalupana WL. Los miembros comenzaron a practicar en octubre, algunos antes.
Aunque existía la tentación de saltarse la práctica e ir al centro comercial y pasar el rato con amigos, se comprometió junto con todos los miembros.
Todos se convirtieron en una familia y todo valió la pena. Bailaron en varios lugares, pero el momento más satisfactorio fue terminar la temporada de baile bailando en su ciudad natal, West Liberty, Iowa. Presentarse cada día a practicar fue un compromiso y un testimonio de su fe y devoción a la Madre Virgen María.
El joven danzante dice que estar en la danza le enseñó más que sólo prácticas culturales y religiosas.
Dice que le enseñó disciplina, compromiso, manejo del tiempo y la importancia de tener un círculo, una comunidad. “Ser parte de Danza Guadalupana WL fue muy divertido.
Hice y conocí muchos amigos nuevos mientras estaba en esto”. Ricardo continúo hablando sobre el apoyo que brindó el grupo.
Todo el mundo tiene días buenos y malos, pero cuando se presentaba a practicar, dejaba atrás todas sus preocupaciones y estrés y bailaba para olvidar de sus problemas.
Había una energía, una vibra que mantenía al grupo unido y se aseguraban de estar al pendiente de unos a otros para asegurarse de que todos estuvieran bien.
Incluso en aquellos días difíciles en los que todo lo que Ricardo quería era darse por vencido, no lo hizo. Se presentó ante la Virgen María y cumplió la manda que le tenía de danzarle.
La Danza Guadalupana WL es conocida en este estado por tener movimientos de baile precisos. Los miembros se forman en una línea simétrica perfecta. Los danzantes bailan al mismo ritmo y hacen movimientos de baile perfectos.
Se enorgullecen de no cometer errores y de tener orden porque si no hay orden, hay caos. Saben que esta experiencia es de sumo honor y respeto. Ricardo reflexiona sobre eso. Tener un grupo de baile impecable requirió mucho trabajo y compromiso.
El joven danzante está extremadamente orgulloso de sí mismo y agradecido de haber tenido la oportunidad de hacer esto y de no darse por vencido.
Fue difícil, pero valió la pena. Los invita a todos a ver la Danza Guadalupana WL y a también reflexionar sobre sus propias tradiciones culturales y lo que significan para ustedes.